Colombia es una buena oportunidad para hacer negocios relacionados el sector de la formación. Colombia puede ser el punto de entrada a otros países latinoamericanos como Perú, México. Ecuador, Panamá o Costa Rica.
La presencia de grandes empresas de nuestro país en la zona es una puerta que facilita la entrada a las pymes especializadas en formación online para empresas. El desarrollo de la clase media y la demanda de servicios educativos son factores de oportunidad para las empresas de formación españolas, tanto para captar clientes para los programas presenciales como para vender sus cursos online. Además, es un terreno abonado para las consultoras que prestan distintos tipos de servicios relacionados con estas actividades.
Algunas empresas especializadas en servicios de elearning para empresas han iniciado desde hace años su implantación en estos mercados, de la mano de las grandes empresas españolas presentes en la zona que demandan sus programas de formación y consultoría a firmas que ya trabajan con ellas desde hace años en nuestro país. También es una oportunidad para las escuelas de negocios españolas, que iniciaron hace varios años una amplia expansión en la región, que ha favorecido la captación de un importante porcentaje de clientes de la zona. Esta estrategia empresarial se ha traducido en un importante incremento de estudiantes latinoamericanos en nuestro país.
Los centros de formación online también ven en Latinoamérica una gran oportunidad. Algunos ya lo están explotando con éxito en los últimos años, como es el caso del Centro de Estudios Financieros (CEF) y la Universidad a Distancia de Madrid (Udima); la Online Business School (OBS), del Grupo Planeta; el Instituto Europeo de Posgrado (IEP); Bureau Veritas Business School, Grupo Euroformac, Vértice, Structuralia, etc.
Las escuelas de negocios privadas aportan al país una riqueza aún mayor porque aproximadamente el 25% de sus 115.000 alumnos anuales en programas de larga duración procede del extranjero, principalmente de Latinoamérica. Suele tratarse de jóvenes con cierto poder adquisitivo que residen y consumen en nuestro país durante al menos un curso académico de forma general. Cada uno de ellos gasta en España unos 10.000 euros durante ese año, además de abonar a los centros españoles las tasas de la matrícula de su programa de posgrado.